Las pastillas son el camino fácil que nos ofrecen. Te ponen un parche en el problema, no buscan la causa, no buscan la cura. Buscan una tapadera. Tienen efectos secundarios muy fuertes para tu salud, repercusiones importantes e incluso mortales. Podéis consultar evidencias científicas donde se confirman estas relaciones.
Hay casos en los que las pastillas son necesarias, casos graves como trastornos de esquizofrenia, pero en otros casos, en muchos otros, no son necesarias, solo que nos hacen creer que lo son.
El psicólogo, donde vamos a afrontar nuestro problema nosotros mismos, nos parece caro. ¿Las pastillas que nos recetan, es más fácil, más barato, no? Mucho menos esfuerzo.
Pues sí, apoyo la idea de que es más barato en dinero, pero no en salud. Las pastillas te pueden costar la calidad de la vida que te queda, o terminar directamente con ella, más pronto de lo que debería. Habrás ahorrado dinero, pero has derrochado tu salud.
En cambio, ir al psicólogo es invertir en tu salud, en tu vida, en tu bienestar. Tú, tu esfuerzo y la ayuda de un especialista puede ayudarte más que unas pastillas sin más.
Solo te digo, si te importa tu vida, ¡inténtalo! No caigas en la trampa de las pastillas.